miércoles, 24 de agosto de 2011

#Eutaménquerovotar // #Yotambiénquierovotar


Si señores, eu tamén quero votar, pero eu quero votar para algo máis hardcore que un referendo no cal só se vai decidir se poñemos ou non un teito de gasto ás Administracións Públicas o cal teñan que cumprir si ou si porque está recollido na (¿nosa?) Constitución. Esta medida, imposta dende Europa, é a clarísima consecuencia de cómo entenden a nosa forma de vida os de fora: “Gastemos! Gastemos o que non temos! Que despois xa se fará algo!” E o problema é que teñen razón, levamos anos e anos a comportarnos así, e non digo que todos o fagamos, pero si o fixo unha enorme maioría.
(Que conste, que eu aínda non entendo como un obreiro e unha dependenta do Bershka con 2000€ ó mes ambos podían manter un BMW, un piso novo e saír de xoves a domingo a “partilo”, pero o facían.)

Para comezar, a miña opinión persoal, como persoa de esquerdas que creo que son, é que non podemos limitar o gasto das Administracións Públicas, non lle podes dicir a un médico que non pode mercar máis gasas, nin a un mestre que non ten máis xiz para o resto do curso. O público é de todos, e é o mellor que temos neste país, e temos que loitar por non perdelo e que se queden con eles Botín, Florentino, as Koplovitz e compañía.

Polo tanto, vexo correcto que a xente desexe que haxa un referendo en canto a esta reforma Constitucional, para votar NON a este teito de gasto público.

Pero agora é cando entramos no que pasa sempre neste país. Algunha mente pensante (seguramente con máis dunha carreira, algo así como Ciencias Políticas e Periodismo ou Ciencias Políticas e Dereito) ergueuse, puxo a televisión para ver o que estaba a pasar no mundo e viu isto. Entón foi o WC, (que segundo os últimos estudos da prestixiosa universidade de South Hapmton, USA; é o lugar onde mellor pensan os españois) e decatouse de que xa que se ía a reformar a Constitución, porque non comezamos a facer reformas e cambiamos a metade da Constitución e lle mandamos ó rei ir cun gorriño de bufón, ou lles agasallamos por lei un novo barco cada verán.

O bendito/maldito Twitter fixo o seu traballo como el sabe, #burradaquesemeocurriocagando e veña leña! Liada parda nas redes sociais! Aquí alguén pensa? Porque a ese hai que matalo!

Señoras, señores; non lles vou a dar máis a brasa, créanme cando lles digo que eu sería o home máis feliz do mundo de facer unha reforma na (¿nosa?) Constitución, unha reforma que fixera que España fose un país novo, cargandome xa sen contemplacións o artigo número 2 co seu marabilloso “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles...” (mmm rico olor a rancio!) así que, rematando. 
a un referendo para que os españois que de verdade queiran manter o sistema público que temos actualmente poidan dicir NON ó límite de gasto público. a unha reforma da Constitución que a modernice e a adecúe ó pensamento da maioría dos españois. Pero NON a facelo agora, non é o momento. 
E citando a Elena Valenciano "Lo urgente, el empleo; lo importante, el cambio en la política económica; y nuestra seña de identidad, la igualdad de oportunidades" considero que queda claro o que temos que facer agora. Arranxemos o que temos, que bastante nos vai costar, escollamos ó noso próximo presidente e despois, xa pediremos reformas da Constitución.

Unha vez máis, grazas polo voso tempo, unha aperta, saúde e república!

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Si señores, yo también quiero votar, pero yo quiero votar para algo más hardcore que un referéndum en el cual solo se va a decidir si ponemos o no un techo de gasto a las Administraciones Públicas el cual tengan que cumplir si o si porque está recogido en  (¿nuestra?) Constitución. Esta medida, impuesta desde Europa, es la clarísima consecuencia de cómo entienden nuestra forma de vida los de fuera: “¡Gastemos! ¡Gastemos lo que no tenemos! ¡Que después ya se hará algo!” Y el problema es que tienen razón, llevamos años y años comportándonos así, y no digo que todos lo hagamos, pero si lo hizo una enorme mayoría. 
(Que conste, que yo aun no entiendo como un obrero y una dependienta del Bershka con 2000€ al mes podían mantener un BMW, un piso nuevo y salir de Jueves a Domingo a “partilo”, pero lo hacían.)

Para empezar, mi opinión personal, como persona de izquierdas que creo que soy, es que no podemos limitar el gasto de las Administraciones Públicas, no le puedes decir a un médico que no puede comprar más gasas, ni a un maestro que no tiene más tiza para el resto del curso. Lo público es de todos, y es lo mejor que tenemos en este país, y tenemos que luchar por no perderlo y que se queden con ello Botín, Florentino, las Koplovitz y compañía.

Por lo tanto, veo correcto que la gente desee que haya un referéndum en cuanto a esta reforma Constitucional, para votar NO a este techo de gasto público.

Pero ahora es cuando entramos en lo que pasa siempre en este país. Alguna mente pensante (seguramente con más de una carrera, algo así como Ciencias Políticas y Periodismo o Ciencias Políticas y Derecho) se levantó, puso la televisión para ver lo que estaba pasando en el mundo y vio esto. Entonces fue al WC, (que según los últimos estudios de la prestigiosa universidad de South Hapmton, USA; es el lugar donde mejor piensan los españoles) y se dio cuenta de que ya que se iba a reformar la Constitución, porque no empezamos a hacer reformas y cambiamos la mitad de la Constitución y le mandamos al rey ir con un gorrito de bufón, o les regalamos por ley un nuevo barco cada verano.

El bendito/maldito Twitter hizo su trabajo como el sabe, #burradaquesemeocurriocagando y ¡venga leña! ¡Liada parda en las redes sociales! ¿Aquí alguien piensa? ¡Porque a ese hay que matarlo!

Señoras, señores; no les voy a dar más la brasa, créanme cuando les digo que yo sería el hombre más feliz del mundo de hacer una reforma en (¿nuestra?) Constitución, una reforma que hiciera que España fuese un país nuevo, cargándome ya sin contemplaciones el artículo número 2 con su maravilloso “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles...” (mmm ¡rico olor a rancio!) así que, terminando. 
a un referéndum, para que los españoles que de verdad quieran mantener el sistema público que tenemos actualmente puedan decir NO al límite de gasto público. a una reforma de la Constitución que la modernice y la adecue al pensamiento de la mayoría de los españoles. Pero NO a hacerlo ahora, non es el momento. 
Y citando a Elena Valenciano "Lo urgente, el empleo; lo importante, el cambio en la política económica; y nuestra seña de identidad, la igualdad de oportunidades" creo que queda bastante claro lo que toca ahora. Arreglemos lo que tenemos, que bastante nos va a costar, escojamos a nuestro próximo presidente y después, ya pediremos reformas de la Constitución.

Una vez más, gracias por vuestro tiempo, un abrazo, ¡salud y república!

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